Un total de 18 países interrumpieron parcialmente los servicios y dos lo hicieron en forma completa, según informe de la OPS, que insta a implementar estrategias innovativas y medidas para garantizar una atención segura durante la pandemia
Washington, DC, 17 de junio de 2020 (OPS) - Los servicios de prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (ENT) se han visto gravemente afectados desde el comienzo de la pandemia de COVID-19 en la región de las Américas, según una encuesta de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
La encuesta virtual, que fue completada a nivel global por 158 países y a nivel regional por 28 Estados Miembros de la OPS durante un período de cuatro semanas en mayo, confirmó que el impacto es mundial y que la interrupción de los servicios de salud de rutina constituye una amenaza para la salud de las personas que viven con enfermedades crónicas.
“Esta situación es muy preocupante porque pone a las personas que viven con ENT en mayor riesgo de enfermar gravemente si se infectan con COVID-19 y morir”, afirmó Anselm Hennis, Director del departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS, durante una teleconferencia de prensa organizada por la Alianza de ENT, Coalición Latinoamérica Saludable y México Salud-Hable.
Desde que comenzó la pandemia, los servicios de salud de rutina fueron reorganizados o interrumpidos y muchos dejaron de brindar atención a las personas en tratamiento contra enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes. Asimismo, muchos trabajadores de la salud que suelen brindar esta atención fueron redirigidos a la respuesta de COVID-19. “El tratamiento y los cuidados para estas personas debe continuar”, aseveró el doctor Hennis. “Los países deben buscar formas innovativas de garantizar su continuidad al mismo tiempo que hacen frente a la COVID-19”.
Antes de COVID-19, el 81% de todas las muertes en las Américas se debieron a ENT. Se estima que 62 millones de personas en las Américas viven con diabetes y 1,2 millones de personas viven con cáncer en América Latina y el Caribe. Además, alrededor de 1 de cada 4 personas en las Américas tiene mayor riesgo de enfermar gravemente y morir si se infectan con COVID-19 por vivir con una enfermedad crónica.
A finales de mayo, la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne, advirtió que no brindar atención a las ENT durante la pandemia, puede traer aparejado “una epidemia paralela de muertes prevenibles de personas” con enfermedades crónicas.
Acceso limitado a los servicios
Los servicios de salud ambulatorios se han visto parcialmente interrumpidos en 18 países encuestados (64%), dos los han interrumpido completamente y en siete países (25%) han permanecido abiertos. Estas interrupciones han afectado todo tipo de atención para personas con ENT, pero más aún para servicios de diabetes, hipertensión, cuidado dental y rehabilitación.
Las principales razones citadas para la interrupción de los servicios de ENT incluyen la cancelación de la atención electiva de servicios (58%, 14/24), el personal clínico que se reasigna a la respuesta de COVID (50%, 12/24), y pacientes que no se presentan (50%, 12/24).
Reasignación de personal
En la mayoría (89%) de los países de las Américas que respondieron a la encuesta, el personal de los ministerios de salud que trabajaba en la esfera de las ENT fue parcial o totalmente reasignado para apoyar la respuesta a la COVID-19.
El aplazamiento de los programas públicos de detección (por ejemplo, de los cánceres de mama y del cuello uterino) también ha sido generalizado, según indicaron el 43% de los países. Esto estaba en consonancia con las recomendaciones iniciales de la OMS de reducir al mínimo la atención no urgente en centros sanitarios mientras se luchaba contra la pandemia.
Con todo, las razones más comunes para interrumpir o reducir los servicios fueron la cancelación de los tratamientos planificados, la disminución del transporte público disponible, el miedo a asistir a los centros de atención y la falta de personal debido a que los trabajadores sanitarios habían sido reasignados para apoyar los servicios de respuesta a la COVID-19. Además, algunos países experimentaron interrupciones en las cadenas de suministro, así como desafíos en la distribución de medicamentos y productos de salud, todo lo cual afecta el acceso por parte de los pacientes.
Estrategias alternativas para la continuidad de la atención
Las conclusiones alentadoras del estudio fueron que en la mayoría de los países se han establecido estrategias alternativas destinadas a posibilitar que las personas más vulnerables sigan recibiendo tratamiento contra las ENT. Entre los países que notificaron interrupciones de los servicios, el 61% están utilizando actualmente la telemedicina (asesoramiento por teléfono o por medios electrónicos) para sustituir las consultas presenciales, el 70% dijo haber recurrido al triaje para determinar las prioridades de atención, el 57% ha adoptado una dispensación novedosa de medicamentos para ENT y el 52% ha redirigido pacientes a lugares de atención alternativos.
“Estas interrupciones probablemente tendrán un impacto en los resultados de salud para estas poblaciones vulnerables”, consideró el doctor Hennis y pidió “más esfuerzos para garantizar que las ENT se incluyan en los planes nacionales de respuesta a la COVID-19 y para asegurar métodos seguros para brindar atención clínica esencial a las personas con ENT durante la pandemia”.
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